Gestión por resultados y no por tramo calendario
Cada producto crediticio tiene un tiempo distinto por el cual un cliente – deudor, cambia a deudor – no cliente. Teniendo clara esta diferencia, se podrá distinguir lo que es una estrategia de cobranza, de una estrategia de recuperación.
Un Banco o Financiera eleva su ratio de efectividad de cobranza o recuperación, cuando identifica oportunamente a un cliente que no puede o no tiene voluntad de pagar su obligación crediticia.
Cambio de rostro
Usualmente se realiza una gestión de cobranza basada en comunicaciones y misivas dirigidas a los clientes que contienen advertencias de acciones legales, plazos perentorios, u otras acciones de fuerza que, finalmente no se concretan. En esa línea, la gestión perderá efecto y eficacia en corto plazo. En tal sentido, se hace necesario recurrir a un tercero (empresa de cobranzas) que reimpulse esa gestión e intensidad con otro equipo, marca y que signifique un “nuevo rostro”.
Las estrategias deben desarrollarse dentro de los parámetros establecidos por la Ley de Protección al Consumidor, cuidando la imagen y reputación que la institución bancaria o financiera ha trasladado con la tercerización.
Judicialización efectiva y eficáz
Los juicios son un medio de gestión y no un fin. Una acción judicial sólo es efectiva cuando identifica oportunamente bienes susceptibles de embargo, los afecta en rango preferente, y ello sirve para propiciar una negociación que posibilite a la entidad bancaria o financiera recuperar en el más breve plazo la colocación crediticia. Para ello, en paralelo a la gestión judicial no se debe detener los demás canales de gestión de cobranza (Call Center, Campo, etc).
La judicialización debe ser selectiva para optimizar los gastos. Esta judicialización selectiva se implementa y define con una oportuna evaluación de las cuentas en el tramo vencido.